Riesgos ergonómicos y psicosociales en el colectivo de intérpretes de lengua de signos y guías-intérpretes - Año 2025
- Código: DD.132.1.25
- NIPO: 118-25-021-6
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Resumen
La Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, define persona intérprete de lengua de signos (ILS) como aquel profesional que interpreta y traduce la información de la lengua de signos a la lengua oral y escrita y viceversa, con el fin de asegurar la comunicación entre las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, que sean usuarias de esta lengua, y su entorno social. También define guía-intérprete como aquel profesional que desempeña la función de intérprete y guía de la persona sordociega, realizando las adaptaciones necesarias, sirviéndole de nexo con el entorno y facilitando su participación en igualdad de condiciones. Ambas figuras se encuentran ligadas, de manera que se podría decir que la guía-interpretación es una especialización de la interpretación de lengua de signos enfocada al trabajo con el colectivo de personas sordociegas.
Es esta una ocupación que se dedica a prestar servicios humanos, donde el foco de atención habitualmente se pone en el servicio a realizar, siendo fundamental considerar las condiciones organizativas que permitan garantizar la seguridad y salud del colectivo (Woodcock y Fischer, 2008). Los resultados de las investigaciones destacan la necesidad de elaborar un documento que aborde de manera rigurosa los principales riesgos ergonómicos y psicosociales a los que están expuestos los integrantes del colectivo de ILS y guías-intérpretes, junto con las medidas preventivas aplicables. Esta herramienta es especialmente relevante, considerando que, según el Rochester Institute of Technology (2008), esta profesión se encuentra entre las que presentan mayores niveles de riesgos ergonómicos, lo que hace indispensable contar con recursos que permitan garantizar su seguridad y salud.
Reforzando lo anterior, son varios los estudios que han identificado importantes riesgos y factores de riesgo, sobre todo asociados a los trastornos musculoesqueléticos, que pueden aparecer derivados de los movimientos en los miembros superiores realizados durante su actividad, en manos, muñecas, antebrazos y brazos. Entre estos podemos hablar de movimientos repetitivos o carga postural (Jiménez-Arberas y Díez, 2022; Fischer et al., 2012; Woodcock y Fischer, 2008). No obstante, si bien es cierto que los principales estudios se centran en la parte ergonómica, no se debe perder de vista la trascendencia de los riesgos psicosociales generados, entre otros, por la carga mental, la especialización de la temática, las demandas emocionales que tienen lugar en un breve espacio de tiempo, las tensiones emocionales, etc. (Adigun, 2019; Schwenke, 2015).
Además, un aspecto clave en la prevención de riesgos laborales es que este colectivo, en ocasiones, presta sus servicios en lugares de trabajo proporcionados por el cliente. Esta situación puede incrementar la exposición a ciertos factores de riesgo, especialmente debido al desconocimiento previo del entorno laboral en el que desempeñarán su actividad. Cabe recordar la importancia de una adecuada coordinación de actividades empresariales, puesto que uno de los objetivos es dar a conocer los riesgos y las medidas preventivas requeridas relacionadas con el entorno desconocido para la persona intérprete.
Por lo tanto, resulta fundamental adoptar un enfoque integral que contemple tanto los riesgos ergonómicos como los psicosociales.
Este documento presenta un análisis de los principales riesgos ergonómicos y psicosociales a los que están expuestos el colectivo de ILS y guías-intérpretes, junto con una propuesta de medidas preventivas enfocadas a garantizar su seguridad y salud.
Abstract
The Act 27/2007, of October 23, which recognizes Spanish sign languages and regulates support for oral communication for deaf, hard-of-hearing, and deafblind people, defines a sign language interpreter (SLI) as a professional who interprets and translates information from sign language to spoken and written language and vice versa, in order to ensure communication between deaf, hard-of-hearing, and deafblind people who use sign language and their social environment. It also defines a guide-interpreter as a professional who acts as both interpreter and guide for deafblind people, making the necessary adaptations, serving as a link to their environment, and facilitating their participation on equal terms. These two roles are closely linked, so it could be said that guide-interpreter is a specialization within sign language interpreting focused on working with the deafblind community.
This is an occupation dedicated to providing human services, where the focus is usually on the service itself, making it essential to consider the organizational conditions that guarantee the safety and health of the group (Woodcock and Fischer, 2008). Research findings highlight the need to develop a document that rigorously addresses the main ergonomic and psychosocial risks to which members of the ILS (International Language Guide) and guide-interpreter groups are exposed, along with the applicable preventive measures. This tool is especially relevant, considering that, according to the Rochester Institute of Technology (2008), this profession is among those with the highest levels of ergonomic risk, making it indispensable to have resources that guarantee their safety and health.
Reinforcing the above, several studies have identified significant risks and risk factors, especially those associated with musculoskeletal disorders, which can arise from upper limb movements performed during their work, particularly in the hands, wrists, forearms, and arms. These include repetitive movements and postural load (Jiménez-Arberas and Díez, 2022; Fischer et al., 2012; Woodcock and Fischer, 2008). However, while most studies focus on ergonomics, the importance of psychosocial risks should not be overlooked. These risks arise from factors such as mental workload, the specialized nature of the work, the emotional demands placed on workers in short periods of time, and emotional stress (Adigun, 2019; Schwenke, 2015).
Furthermore, a key aspect of occupational risk prevention is that this group sometimes provides their services in workplaces provided by the client. This situation can increase exposure to certain risk factors, especially due to a lack of prior knowledge of the work environment in which they will be performing their duties. It is important to remember the need for proper coordination of business activities, since one of the objectives is to raise awareness of the risks and required preventive measures related to the unfamiliar environment for the interpreter.
Therefore, it is essential to adopt a comprehensive approach that considers both ergonomic and psychosocial risks.
This document presents an analysis of the main ergonomic and psychosocial risks to which interpreters and guide-interpreters are exposed, along with a proposal of preventive measures focused on guaranteeing their safety and health.
