NTP 1080: Agentes químicos: jerarquización de riesgos potenciales (método basado en el INRS) - Año 2017

Nota Técnica de Prevención 1080
 
Título:
Agentes químicos: jerarquización de riesgos potenciales (método basado en el INRS)
 
Elaborado por: 
Mª Encarnación Sousa Rodríguez
Mª Teresa Sánchez Cabo 
Centro Nacional de Nuevas Tecnologías (INSHT) 
 
Colaborador:
Javier Casado Hernández 
Departamento de Conservación y Restauración.
Museo Arqueológico Regional. COMUNIDAD DE MADRID
 
Resumen:
El éxito de una evaluación de riesgos depende en gran medida de cómo se realice su planificación. Una recogida rigurosa de datos, una selección del método de evaluación más adecuado y un establecimiento de prioridades de actuación durante la misma son claves para la protección de los trabajadores. Esto no siempre es fácil de conseguir, por eso, la jerarquización permite clasificar los agentes químicos peligrosos y determinar los grupos de exposición homogénea1 que necesitan una evaluación prioritaria y minuciosa. Esta etapa permite aplazar o diferir el examen de los agentes químicos con bajo riesgo potencial. Para ello, se utiliza la información sobre la peligrosidad del agente químico y sobre la exposición al mismo. Llevando a cabo esta etapa previa se pueden seleccionar unos pocos agentes químicos del inventario realizado en la empresa y centrar en ellos los recursos y los esfuerzos de la evaluación posterior por ser los que necesitan una actuación prioritaria.

 

NIPO: 272-15-025-5

Autor: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)

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Las NTP son guías de buenas prácticas. Sus indicaciones no son obligatorias salvo que estén recogidas en una disposición normativa vigente. A efectos de valorar la pertinencia de las recomendaciones contenidas en una NTP concreta es conveniente tener en cuenta su fecha de edición.


1. INTRODUCCIÓN

El primer paso de toda evaluación del riesgo químico es la recopilación de la información disponible sobre los agentes químicos presentes en el lugar de trabajo y que pueden suponer un riesgo para la seguridad y salud de los trabajadores. El inventario de productos químicos que resulte de esta etapa inicial puede ser extenso, motivo que hace que el higienista pueda tener problemas a la hora de explotar los resultados y tomar una decisión sobre cuáles deben ser los pasos a seguir para completar la evaluación del riesgo que se esté llevando a cabo. 

Cuando esto sucede es útil realizar una etapa de cribado o de jerarquización de riesgos en donde se establezcan prioridades de actuación para el proceso de evaluación posterior. El objetivo de la misma es detectar los riesgos que deben abordarse de forma prioritaria, es decir, los de mayor riesgo o para los que existen medidas sencillas, etc. y definir un plan de acción. Los métodos cualitativos son herramientas que pueden ser de gran utilidad para conseguir este objetivo y su aplicación en este tipo de situaciones con exposición a una gran variedad de agentes químicos puede ayudar en la planificación. 

La jerarquización es una etapa opcional en la que no siempre es necesario emplear una metodología cualitativa para llevarla a cabo. No obstante, se recomienda su aplicación cuando el número de agentes químicos presentes en los lugares de trabajo es elevado y cuando el higienista industrial carece de la experiencia necesaria para priorizar sin recurrir a una metodología determinada. 

El Institut National de Recherche et de Sécurité (INRS) ha desarrollado métodos para la jerarquización del riesgo para la salud, de incendio y explosión y para el medioambiente. Estos métodos sirven para dar prioridad a productos químicos o talleres en base a su riesgo químico potencial, es decir, sin tener en cuenta las medidas de control disponibles. Esta etapa de selección no debe consumir muchos recursos, por ello, el riesgo químico potencial se calcula en base a pocas variables de fácil obtención. El procedimiento y las variables consideradas son diferentes en función del tipo de riesgo del que se trate, así, la jerarquización de riesgos para la salud, objeto de esta NTP, se hace con tres variables: peligro, cantidad relativa y frecuencia de utilización. 

El método del INRS propone realizar después de la jerarquización, una etapa de evaluación cualitativa del riesgo por inhalación y del riesgo cutáneo que no se tratan en esta NTP.

 

2. CONSIDERACIONES GENERALES

La identificación de exposiciones peligrosas implica observar el trabajo realizado, incluidas las tareas consideradas como complementarias, como por ejemplo, mantenimiento y limpieza, y las que se pueden dar de forma accidental. 

Se recomienda clasificar las prioridades por grupos de exposición homogénea. Un grupo de exposición homogénea se define como un conjunto de personas, puestos o tareas con riesgo similar. La actividad y la organización de la empresa van a condicionar el establecimiento de estos grupos y, por tanto, el enfoque de la jerarquización de riesgos, que puede ser:

  • Por tareas: consiste en recopilar información sobre los agentes químicos implicados en todas las tareas que realiza el trabajador.
  • Por proceso de producción: se trata de observar los agentes químicos presentes en todas las operaciones realizadas en cada etapa del proceso.
  • Por agente químico: consiste en observar todo el ciclo de vida del producto químico en la empresa, desde su entrada hasta su desaparición o eliminación, para identificar todas las situaciones de trabajo en el que está presente.
  • Por zona de trabajo: en este caso podemos hacer una distinción en función de la ubicación.

En la tabla 1 se dan ejemplos de cómo se puede afrontar la jerarquización de riesgos por tarea, procedimiento, agente químico o zona de trabajo.


1. No confundir con los de la norma UNE-EN 689: 1996. En este caso hace referencia a las fases que comprenden una tarea o procedimiento, a los lugares de trabajo o a los distintos agentes químicos.

2. En la asignación de indicaciones de peligro H a una mezcla comercial, a partir de las de los componentes, se tienen en cuenta los límites de concentración establecidos en la legislación vigente de clasificación, envasado y etiquetado.

 

3. MÉTODO DE JERARQUIZACIÓN DE RIESGOS POTENCIALES DEL INRS

Para llevar a cabo la jerarquización de riesgos potenciales, el INRS ha desarrollado un método cualitativo en el que el riesgo potencial para la salud se calcula a partir de las variables: peligro, cantidad relativa y frecuencia de utilización, tal y como indica la figura 1.


Determinación de la clase de peligro

La clase de peligro se determina a partir de las indicaciones de peligro H (antiguas frases R) que figuran en la ficha de datos de seguridad (FDS) o en la etiqueta del producto químico. Cuando las indicaciones de peligro de un producto químico den lugar a distintas clases de peligro, se elegirá la clase de peligro más elevada. 

Existen otros criterios para establecer la clase de peligro que pueden ser utilizados cuando un agente químico no tiene asignadas indicaciones de peligro H. Los valores límite ambientales (VLA) expresados en mg/m3 pueden utilizarse también con esta finalidad. 

Cuando no se pueda asignar de esta forma, se podrá tener en cuenta lo siguiente:

  • Si se trata de una sustancia sin indicaciones de peligro H ni VLA, se le asigna la clase de peligro 1.
  • Si se trata de una mezcla comercial sin indicaciones de peligro H ni VLA, se le asigna la clase de peligro 1.
  • En el caso de mezclas no comerciales que vayan a ser empleadas en la misma empresa en otros procesos, se utilizarán las indicaciones de peligro H de los componentes.

En este caso, para no sobreestimar el riesgo, conviene tener en cuenta las concentraciones de los componentes, tal y como se hace para las mezclas comerciales2.

Para los materiales o productos comercializados no sujetos a la normativa de clasificación y etiquetado, como son la madera, aleaciones, electrodos, etc., la clase de peligro se establece en función del agente químico emitido por el proceso.

Las clases de peligro y los criterios para clasificar los agentes químicos dentro de las mismas se encuentran en la tabla 2. El método establece cinco clases de peligro, la clase 1 corresponde a los productos menos peligrosos, mientras que en la clase 5 están los productos más perjudiciales para la salud. 

La tabla 2 se ha modificado con respecto a la tabla original del INRS en base a unos criterios técnicos que exponen a continuación:

  • Se ha eliminado la frase R48 de la categoría 4, ya que siempre aparece combinada y, además, no tiene equivalencia con ninguna indicación de peligro H de acuerdo con el Reglamento (CE) nº 1272/2008.
  •  Se ha aumentado la clase de peligro para los cancerígenos, mutágenos y sensibilizantes.
  • Se ha modificado el contenido de la columna de materiales y procesos conforme a los cambios de categoría de las indicaciones de peligro H (o frases R).
  • Se ha disminuido la clase de peligro de la indicación de peligro H336 (frase R67), de la 3 a la 2, ya que, si una sustancia lleva la indicación de peligro H336 (frase R67), es porque no cumple con los requisitos de clasificación como nociva por inhalación (H332).
  • Se ha incluido una columna para asignar la clase de peligro en función de las indicaciones de peligro H, basándose en la equivalencia entre frases R e indicaciones de peligro H del Reglamento (CE) nº 1272/2008 y decidiendo, en caso de duda, según criterio técnico.

Determinación de la exposición potencial

Para el cálculo de la exposición potencial se tienen en cuenta dos variables, la cantidad relativa de producto y la frecuencia de utilización del mismo según los criterios de la tabla 5.


Clase de cantidad relativa

La clase de cantidad relativa se calcula con el índice Qi/ Qmáx (en porcentaje) que resulta de dividir la cantidad consumida de agente químico i (Qi) entre la cantidad correspondiente al agente químico que tiene un mayor consumo (Qmáx). Siempre que sea posible, el periodo de referencia debe ser anual, a no ser que haya algún motivo para tomar otro periodo, por ejemplo, que los procesos varíen según campañas. El criterio para asignar a un producto químico una de las cinco clases de cantidad es el que se recoge en la tabla 3.


Clase de frecuencia

La clase de frecuencia de utilización se determina según los parámetros de la tabla 4. Existen cuatro clases de frecuencia de utilización en función de que el uso del producto químico sea ocasional, intermitente, frecuente o permanente. 

La exposición potencial se determina combinando las clases obtenidas en base a la cantidad relativa y a la frecuencia de utilización. Tal y como se aprecia en la tabla 5, estas combinaciones dan lugar a cinco clases de exposición potencial. 


Puntuación de riesgo potencial

El cálculo del riesgo potencial se hace a partir de las clases de peligro y de exposición potencial, siguiendo el criterio establecido en la tabla 6.


Establecimiento de prioridades

La etapa de jerarquización concluye con el establecimiento de prioridades para los distintos agentes químicos según los criterios de la tabla 7.

Cuando la puntuación del riesgo potencial es la misma para dos agentes químicos, la prioridad se establecerá en función del que tiene la clase de peligro más alta.

De esta forma, la jerarquización permite distinguir los agentes químicos peligrosos, los lugares de trabajo o las fases que comprenden una tarea o procedimiento que necesitan una actuación prioritaria de aquellos cuya prioridad es baja.

Las puntuaciones obtenidas para los distintos agentes químicos se pueden sumar, por ejemplo, por lugares de trabajo, obteniendo así una puntuación global que permite identificar cuál es el lugar de trabajo con un nivel de riesgo potencial más alto y centrar, a su vez, la atención en los agentes químicos que tienen mayor puntuación. 

Si las puntuaciones de los agentes químicos se ordenan en orden decreciente y se calcula el índice parcial acumulado, expresado en porcentaje del total, este índice permite dar menos importancia a los agentes químicos que no aporten un porcentaje significativo al índice global, salvo los que estén regulados por una legislación específica. Así, de una forma práctica, se pueden considerar menos importantes los que en su conjunto contribuyan apenas un 20% al riesgo total. 

En la misma línea, se podría aplazar o dar por finalizada la evaluación en esta etapa cuando el nivel de prioridad obtenido para todos los riesgos identificados sea bajo. Para que esto sea así, tienen que darse simultáneamente las condiciones siguientes:

  • que la clase de peligro sea siempre inferior o igual a 3 y
  • que la puntuación del riesgo potencial sea menor o igual a 100 para todos ellos.

De una forma u otra, como se puede apreciar, la jerarquización se hace en base a parámetros que se pueden obtener fácilmente y constituye una buena ayuda para abordar la evaluación de forma planificada y centrada en los riesgos más importantes.



4. EJEMPLO DE APLICACIÓN

Se desea jerarquizar los riesgos potenciales existentes en los laboratorios de un museo arqueológico. 

Entre las principales tareas que allí se realizan se encuentra la recuperación y el tratamiento de restos arqueológicos como material lítico y pétreo, restos óseos, metales (principalmente hierro y bronce, y, en menor medida, cobre, oro y plata), materiales cerámicos, madera y marfil. 

Todas estas tareas podrían distinguirse en dos grupos, según su finalidad: conservación o restauración (véase figura 2).

Los productos químicos empleados en cada proceso se muestran en la tabla 8, junto con sus indicaciones de peligro H, la cantidad consumida por año y la frecuencia de uso. Para realizar la jerarquización daremos los siguientes pasos:

  1. A partir de las indicaciones de peligro H, se establece la clase de peligro para cada producto.
  2. Se selecciona el producto consumido en mayor cantidad, se calcula la cantidad relativa para cada producto y se establece la clase de cantidad.
  3. Se establece la clase de frecuencia.
  4. Se establece la clase de exposición potencial (a partir de la clase de cantidad y de frecuencia).
  5. Se calcula la puntuación de riesgo potencial.

 

Los resultados de la jerarquización obtenidos se muestran en la tabla 9. 

 

Se ordenan los productos según la puntuación en orden decreciente, se establece el orden de prioridad y se calcula el riesgo potencial y el riesgo potencial acumulado. Se seleccionaran los productos que aporten aproximadamente una contribución del 80% del riesgo potencial acumulado (véase tabla 10).


Conclusiones

La mayoría de los productos utilizados en las tareas de conservación se consumen en cantidades muy pequeñas. Por lo tanto, la puntuación del riesgo potencial para cada uno de ellos vendrá marcada en gran medida por su peligrosidad. 

Únicamente, se obtendría un orden de prioridad elevado para aquel producto que tuviera una clase de peligro 5, independientemente del resto de clases obtenidas de cantidad y de frecuencia (y exposición potencial), no siendo el caso para ninguno de ellos. 

Por tanto, de entre los productos que contribuyen en un 80% al riesgo potencial acumulado y que se deben tener en cuenta, uno sólo pertenece a la restauración y el resto a los utilizados en las tareas del proceso de conservación (véase tabla 11). 

En este caso, para estos cuatro productos se establece la misma clase de peligro, 4. Analizando en detalle las indicaciones de peligro que conducen a esa clase de peligro, se observa que en el caso del hidróxido sódico y peróxido de hidrógeno se relacionan con el contacto con la piel y ojos, el disolvente nitro con la ingestión y el ESTEL 1000 con la vía de entrada que puede perjudicar la fertilidad o el feto. Esto marcará el camino en la evaluación de riesgos posterior ya que, en el caso del peróxido de hidrógeno, del disolvente nitro y del ESTEL 1000, el estudio debería incluir, además de la evaluación por inhalación, la de contacto con la piel y ojos. 

A la vista de la tabla 11, a diferencia de los tres últimos, la prioridad elevada para el hidróxido sódico viene dada por la cantidad en la que se consume (20 litros frente a los 25 litros del producto de mayor consumo), que conduce a una clase de cantidad 5, además de su frecuente utilización (clase de frecuencia 3). 

Los otros tres productos (disolvente nitro, peróxido de hidrógeno y ESTEL 1000) se consumen en cantidades más pequeñas y con una frecuencia ocasional (clase de frecuencia 1), lo que conduce en cualquier caso a unas puntuaciones de riesgo potencial siempre inferiores a 10.000, no pudiéndose obtener en ningún caso un orden de prioridad elevado. Viendo la importancia de la vía dérmica en el caso del hidróxido sódico y del peróxido de hidrógeno, el control de la exposición se podría realizar con una adecuada selección y utilización de equipos de protección individual para las zonas expuestas. 

Aunque los resultados obtenidos son los de la tabla 11, aplicando criterios técnicos y haciendo un análisis más profundo de la situación resultaría adecuado que el estudio contemple también aquellos productos que han dado una puntuación de riesgo potencial de 3000 y que poseen acción sensibilizante para la piel (H317).


 

BIBLIOGRAFÍA

Reglamento (CE) Nº 1272/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de diciembre de 2008, sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas, y por el que se modifican y derogan las Directivas 67/548/CEE y 1999/45/ CE y se modifica el Reglamento (CE) nº 1907/2006. 

Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicables a los trabajos con riesgo de exposición al amianto.

INSTITUTO NATIONAL DE RECHERCHE ET DE SECURITE (INRS). Méthodologie d´evaluation simpliée du risque chimique. ND 2233-200-05.

INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO (INSHT). Riesgo químico. Sistemática para la evaluación higiénica.

INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO (INSHT). Límites de exposición profesional para agentes químicos en España. (Publicación anual). 

INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO. Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la exposición durante el trabajo a agentes cancerígenos o mutágenos. Madrid. INSHT. 2005. 

Agradecimientos al Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid por la colaboración prestada en la recogida de datos para la elaboración del ejemplo aquí descrito.