Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 1987 - Año 1988

En estos quince años de trabajo y experiencia del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, hemos asistido a una evolución del concepto de prevención de riesgos profesionales desde el modelo inicial y exclusivo de la seguridad e higiene hasta el enfoque actual de protección de la salud a través de la mejora de las condiciones de trabajo. Pero son aún escasos los estudios de carácter global desarrollados en España con este enfoque, en la línea de las experiencias llevadas a cabo en otros países de nuestro entorno cultural y económico.

Este hecho nos animó a proponer al Consejo General del lnstituto la realización de una primera Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, que permitiera conocer la opinión que tienen los trabajadores españoles sobre sus condiciones de trabajo, como referencia necesaria para establecer programas y fijar prioridades en la política de actuación futura. Todo ello sin perder de vista que en el campo del análisis y la mejora de las condiciones de trabajo, ninguna investigación puede pretender ofrecer por sí sola un balance completo y definitivo de la situación de los trabajadores.

Sería peligroso, en efecto, establecer una única jerarquía de los riesgos profesionales, ya que el propio concepto del término "Condiciones de Trabajo" nos obliga a tener presentes todo un conjunto de variables relativas a la organización, a la tarea, al entorno y al individuo como determinantes de cualquier categorización y jerarquización de las repercusiones del trabajo sobre la salud de quienes lo realizan.

Para aquellos que piensen que ya no es actual plantear problemas de siniestralidad, de grandes esfuerzos físicos, de temperaturas extremas, ... porque afectan a una minoría que el propio progreso tecnológico reducirá progresivamente, dada la falta de competitividad de tales planteamientos productivos, los datos de esta encuesta recuerdan que en noviembre de 1987, en España había más de 300.000 trabajadores que habían sufrido algún accidente en los últimos doce meses de trabajo, más de 1.400.000 estaban expuestos a niveles elevados de ruido, más de 200.000 manipulaban o respiraban sustancias tóxicas, etc.

Pero la encuesta supone, también, una llamada de atención para aquéllos que piensan que la prevención de riesgos profesionales se ha de basar únicamente en los temas relacionados con la pérdida de la salud física. Aspectos directamente implicados en la forma de organizar el trabajo preocupan en el mundo laboral; la monotonía y la repetitividad son agresiones vividas por más de 1.000.000 de trabajadores, la falta de interés y de autonomía afecta a más de 1.500.000 y las posturas molestas y fatigantes a más de 900.000.

En noviembre de 1987 había, además de 600.000 trabajadores cuya principal molestia en el trabajo era el horario, más de 500.000 para los que la falta de comunicación es realmente un problema y más de 300 .000 para los que las relaciones conflictivas con sus mandos sería el tema prioritario a mejorar en sus condiciones de trabajo.

Esta complejidad de resultados no hace más que poner de manifiesto, una vez más, la necesidad de establecer estrategias multidisciplinares en las que siempre ha de tener cabida la participación de los implicados como única vía real de mejorar las condiciones de trabajo.

Los datos obtenidos en esta investigación, de los cuales presentamos aquí un primer análisis, no se agotan en el presente informe. Permiten tratamientos posteriores más pormenorizados en función de análisis más concretos o como complemento y punto de partida de otros estudios sobre el tema en los que el Instituto está dispuesto y obligado a colaborar.