La evaluación del plan, en función de su viabilidad, aceptabilidad y resultados, permitirá detectar disfunciones, errores, acciones y tareas poco efectivas o no aceptadas por los trabajadores, etc. Esta fase permitirá recoger nuevas necesidades y expectativas que enriquecerán el proyecto en un futuro. Todo ello ayudará a mejorar el programa actual y a justificar su mantenimiento o ampliación. Esta tarea no tiene por qué ser difícil.

En ocasiones bastará con:

  • Establecer si se han conseguido los objetivos marcados.

  • Recibir comentarios y sugerencias por parte de los trabajadores.

  • Evaluar el nivel de participación en las acciones programadas.

  • Ajustar el programa en función de lo anterior.

  • Actualizar y reajustar los recursos necesarios.

En resumen, la elaboración de un programa de promoción de la salud en el trabajo puede esquematizarse como sigue:

 

Imagen del esquema de un programa de promoción de la salud en el trabajo