Calidad del ambiente interior

La norma UNE 171330 (Parte 1 – Diagnóstico de calidad ambiental interior) Imagen Calidad del Ambiente Interior (2008), define como Calidad Ambiental en Interiores a las condiciones ambientales de los espacios interiores, adecuadas al usuario y la actividad, definidas por los niveles de contaminación química, microbiológica y por los valores de los factores físicos. Se excluye del campo de aplicación de esta definición a los recintos destinados a uso industrial y/o agrícola.

La norma UNE 171330 (Parte 1 – Diagnóstico de calidad ambiental interior) (2008), define como Calidad Ambiental en Interiores a las condiciones ambientales de los espacios interiores, adecuadas al usuario y la actividad, definidas por los niveles de contaminación química, microbiológica y por los valores de los factores físicos. Se excluye del campo de aplicación de esta definición a los recintos destinados a uso industrial y/o agrícola.

En la actualidad, el ser humano pasa cada vez más tiempo en espacios cerrados (oficinas, escuelas, hospitales, guarderías, centros comerciales, casas privadas, etc.) respirando en muchas ocasiones un aire contaminado por diversas fuentes, y contaminantes que deterioran su calidad y constituyen un importante factor de riesgo para la salud. Estos contaminantes del aire, de origen muy diverso, pueden llegar a producir enfermedades respiratorias y otra serie de patologías. La OMS advierte de los problemas de salud, productividad y confort de las personas expuestas a los ambientes interiores contaminados por una mala calidad del aire interior. Los contaminantes presentes en estos ambientes cerrados ya sean químicos, físicos o biológicos, varían en función de las actividades que se desarrollan en estos espacios, pero son un factor de riesgo muy importante para la salud de la población en general.

La calidad de ambiente interior es el conjunto de condiciones ambientales existentes en un recinto cerrado, instalación y/o edificación. Dentro de este conjunto de condiciones, se analiza el aire interior que debe incluir aquellos factores, químicos, físicos, y biológicos que están presentes en los lugares de trabajo, y son susceptibles de generar un efecto en la salud y bienestar de los trabajadores.

 

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Información básica

Aquí respondemos a algunas de las dudas básicas de calidad del ambiente interior.

En el aire interior se encuentra una mezcla de contaminantes procedentes de diferentes fuentes. La mayor parte de estas fuentes están en el interior aunque también hay que tener en cuenta las exteriores y las producidas por las personas. El ambiente interior es un resultado de la interacción entre el edificio (diseño original y las modificaciones en la estructura y los sistemas de ventilación), las técnicas de construcción, las fuentes de contaminación (materiales de construcción y mobiliario, humedad, procesos y actividades dentro del edificio), los ocupantes del edificio y las fuentes externas.

Hay que tener en cuenta que la composición química del aire puede estar formada por una multitud de sustancias en pequeñas concentraciones que, en ocasiones, si se combinan con ciertas condiciones de humedad y temperatura pueden empeorar la percepción de su calidad para las personas que lo respiran.

La primera medida que se debe llevar a cabo es la eliminación del foco emisor de la contaminación, aunque no siempre es posible. Es entonces, cuando se deben considerar otro tipo de medidas encaminadas a la mejora el ambiente interior.

Una buena ventilación de los edificios permite reducir la concentración de los contaminantes que se encuentran en el interior. Sin embargo, cuando los edificios están ubicados en zonas con elevada contaminación atmosférica, existe el riesgo de introducir los contaminantes exteriores a través del sistema de ventilación. Por eso el mantenimiento del sistema de ventilación, calefacción y aire acondicionado (HVAC, por sus siglas en inglés de Heating, Ventilating and Air Conditioning) será prioritario para conseguir una calidad de aire aceptable en el interior de los edificios.

La calidad del aire interior depende en gran parte del correcto diseño, higiene, mantenimiento y funcionamiento de los sistemas de ventilación y climatización de los edificios.

Un adecuado sistema de ventilación en el centro de trabajo proporcionará el aire necesario para diluir los contaminantes del aire por debajo de los niveles considerados perjudiciales para la salud y además contribuirá a crear las condiciones térmicas idóneas en cuanto a temperatura y humedad con el fin de crear el máximo confort térmico para sus ocupantes.

Sin embargo, cuando la ventilación es inadecuada, debido a un volumen de aire insuficiente, altos niveles de recirculación, colocación incorrecta de los puntos de ventilación, un diseño incorrecto de los sistemas o una falta de mantenimiento de los sistemas de filtración, se puede producir elevados niveles de contaminación del aire interior que pueden llegar a ocasionar trastornos respiratorios, oculares e incluso problemas en la piel.

Para evitar problemas de aire viciado, además de disponer de un buen sistema de ventilación mecánica que permita reducir el nivel de contaminantes del aire interior, será necesario, especialmente en zonas de elevada contaminación atmosférica, contar con sistemas de filtración adecuados a la calidad de aire exterior.

Una mala calidad de aire interior provoca cambios en el estado de salud de las personas, pudiéndose manifestar en síntomas agudos y/o crónicos, así como enfermedades diagnosticadas. Los efectos que pueden producir pueden afectar a la persona y a la organización.

Dentro de los efectos en las personas, afectan a:

  • Ojos: Irritación, escozor, lagrimeo, etc.
  • Nariz: Picor, mucosidad, goteo, congestión, estornudos.
  • Garganta: Dolor, inflamación, sequedad.
  • Pulmón: Opresión Torácica, sensación de ahogo, tos.
  • Cabeza: Dolor, somnolencia, dificultad para concentrase, mareos.
  • Cutáneos: Eritema, erupciones, sequedad

Y en cuanto a los efectos sobre la organización:

  • Malestar
  • Estrés
  • Absentismo
  • Pérdida productividad

Una buena calidad ambiental en interiores tiene muchos beneficios:

  • Asegura el confort y bienestar de los trabajadores y usuarios en los edificios.
  • Minimiza el riesgo de aparición de problemas de salud.
  • Mejora en el clima laboral.
  • Incrementa la productividad y disminuye el absentismo